12 de noviembre de 2014
MICK ANDREWS Y LA YAMAHA TY
Sobre estas lineas podemos ver un excepcional documento videográfico de la época en que el británico Mick Andrews, probablemente uno de los los pilotos de trial más famosos y admirados, fue piloto de la marca japonesa Yamaha en el mundial de trial.
A finales de 1972, Andrews quería seguir evolucionando la OSSA después de haber estado seis años pilotandola, pero la fábrica le pedía paciencia y Mick desilusionado decidió aceptar la oferta de la japonesa Yamaha. En 1973 firmó con la marca un contrato que causó sensación, ya que se convertía en el piloto de trial mejor pagado de todos los tiempos.
Después de un largo trabajo de puesta a punto de la moto, debutó en el Trial de San Llorenç en marzo de 1973, mientras los aficionados catalanes silbaban a su paso al sentirse traicionados por el cambio de marca. Ese año fue segundo en el Campeonato Europeo detrás de Martin Lampkin y en los Scottish consiguió también el segundo lugar detrás Malcolm Rathmell.
En 1974 vuelve a vencer los Scottish, siendo la primera vez que una marca japonesa ganaba esta prueba. La última edición del Campeonato Europeo, (antes de convertirse en mundial en 1975) fue muy competida y acabó finalmente tercero tras Malcolm Rathmell y Ulf Karlson.
El 1975 fue un buen año para él, ya que volvió a ganar los Seis Días de Escocia, consiguiendo igualar el récord de 5 victorias que tenía Sammy Miller. En la primera edición del Campeonato Mundial acabó en cuarto lugar final tras ganar dos Grandes Premios.
La siguiente temporada, 1976, estuvo caracterizada por los cambios técnicos de la Yamaha: se pasó de los 250 a los 360 cc y se montó el primer monoamortiguador posterior en una moto de trial, llamado Cantilever. La moto sufría, sin embargo, algunos problemas de juventud y volvió a ser cuarto en el Campeonato Mundial, tras conseguir una victoria.
Al mismo tiempo, volvió a competir en carreras de motocross tras un paréntesis de varios años y aprovechó para publicar su libro «The Mick Andrews Book of Trials», toda una obra de referencia dentro de este deporte.
Ya en 1977, a los 33 años, sus relaciones con Yamaha empezaron a empeorar por los problemas técnicos con la moto. Además cada vez había más pilotos jóvenes en el mundial que llegaban con fuerza (Yrjö Vesterinen, Charles Coutard, Manuel Soler, Bernie Schreiber ...). Ese año obtuvo el 13º puesto final, para volver a Ossa el año siguiente.
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