El concurso de acreedores de Gas Gas está a punto de cerrarse del todo con la venta de la unidad productiva -su maquinaria y equipos- y la marca al fabricante de motos Torrot. Pero la crisis que ha atravesado Gas Gas no tiene un final feliz para todos. Ossa mantenía una alianza con Gas Gas desde hace dos años por la que sus motos se fabricaban en las instalaciones gerundenses de Gas Gas. Con la parada de la producción, hace meses que no se fabrica ninguna y, con el cambio de propietarios, la licencia de Ossa ha vuelto a sus propietarios, que no tienen planta ni equipamientos para dar continuidad al proyecto. "Nos han arruinado el proyecto, estamos pendientes de la recta final del concurso y reclamamos indemnizaciones", explica una fuente cercana a Ossa al diario ARA.
Las críticas de los propietarios de la marca Ossa van dirigidas, sobre todo, a la Generalitat que apadrinó el proyecto de alianza con Gas Gas con un crédito de dos millones de euros a través del Insituto Catalán de Finanzas (ICF) para que desplegaran el plan industrial conjuntamente. Los recursos debían garantizar la viabilidad de Ossa, que buscaba recursos para nuevos modelos, y también garantizar el crecimiento de Gas Gas. Juntas, las dos empresas ganaban dimensión para competir y creaban sinergias para reducir costes a la hora de afrontar la I + D o nuevos mercados, por ejemplo. Tras el fracaso, según Ossa, la Generalitat seles dió la espalda.
El acuerdo consistió en la absorción de Ossa por parte de Gas Gas, por lo que los equipos y la plantilla del fabricante se concentraron en las instalaciones (con más capacidad) de Gas Gas en Salt. La licencia de la marca Ossa continuó en manos de los tres propietarios de la marca -Juan Gurt, que era director general; Joan Roma, y Alexandre Laplaza- que habían resucitado la marca histórica en 2008, cuando hacía 20 años que no se fabricaba. Ossa cedía la licencia de fabricación y cobraba, a cambio, unos derechos, pero sus propietarios aseguran nunca llegaron a cobrar "ni un duro". Es por ello, y por las pérdidas que dicen que les ha supuesto el desenlace del fabricante, que reclaman ser indemnizados o que se les pague la deuda por los derechos no cobrados.
La marca hace más de un año y medio que no se fabrica y sus propietarios están pendientes de que el juez cierre el concurso de acreedores de Gas Gas para recuperar todos los derechos sobre la licencia y pensarse si se aventuran a un nuevo proyecto empresarial. El acuerdo con Torrot, que acaba de comprar Gas Gas, no es una opción, aseguran. Cuando estalló la crisis definitiva de la marca de motos de montaña catalana, Ossa tenía pendiente sacar al mercado un nuevo modelo, una moto de carretera y de estilo vintage, pero los planes nunca llegaron a materializarse.
Articulo aparecido en el diario Ara, traducido del catalán por Moto Natura
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